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Buber: LA DOCTRINA DE HEIDEGGER
quarta-feira 23 de março de 2022, por
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“Cada quien, ha dicho Kierkegaard , sólo con mucho cuidado deberá entrar en tratos con los ‘demás’ y deberá hablar, esencialmente, sólo con Dios y consigo mismo.” Este “deberá” lo dijo pensando en la meta y tarea que propone al hombre: que llegue a ser “singular”. (NT: Así traducimos Einzelne para distinguirlo de Einzige, “único”, distinción que encabeza un importante ensayo de M. Buber, que conocemos sólo en inglés. En él se habla de The Unique One and the Single One. Vid. M. Buber, Between Man and Man (Macmillan. 1948, Nueva York). Se trata de un concepto fundamental kierkegaardiano que los traductores ingleses han vertido diversamente, pero casi siempre por individuo, con indudable inexactitud. La traducción alemana —Der Einzelne— es versión precisa del danés hun Enkelte.) Al parecer, Heidegger propone al hombre la misma meta. Pero en Kierkegaard este hacerse “singular” no es más que el supuesto para entrar en relación con Dios: sólo después de haberse hecho “singular” puede el hombre entrar en esta relación.
El solitario de Kierkegaard es un sistema abierto, aunque sólo se abra a Dios. Heidegger no conoce semejante relación, y como tampoco conoce ninguna otra relación esencial, el llegar a “ser uno mismo” significa en él algo totalmente diferente que en Kierkegaard hacerse “singular”. El hombre dc Kierkegaard se hace “singular” para entrar en relación con lo Absoluto; el hombre de Heidegger se hace “él mismo”, y no por algo, puesto que no puede sobrepasar sus límites: su participación en lo Absoluto, si es que existe para él, consiste en sus límites y en nada más. Heidegger habla de que el hombre se resuelve para ser “él mismo”, pero este “mismo”, para lo cual se resuelve, es, por esencia, cerrado.
La frase de Kierkegaard : “Cada cual debe hablar esencialmente sólo consigo mismo”, aparece modificada. Pero también el “debe” queda eliminado en el fondo. Lo que quiere decir es: cada quien, sólo consigo mismo puede hablar esencialmente; lo que hable con los demás, no puede ser esencial, es decir, que la palabra no puede trascender la esencia dc cada uno y colocarla en otra esencia, una que surge precisamente entre los seres y en mitad de su relación esencial entre sí. Cierto que el hombre de Heidegger se halla remitido a ser-en-el-mundo y a la vida comprensiva y solícita con los otros; pero en todo lo esencial de la existencia, siempre que la Existencia se hace esencial, está solo. La preocupación y la angustia del hombre eran, en Kierkegaard , esencialmente preocupación por la relación con Dios y angustia por la falta de ella; en Heidegger la preocupación es, esencialmente, preocupación por llegar a ser “uno mismo” y la angustia, la de no alcanzar este logro. El hombre de Kierkegaard se halla con su preocupación y su angustia “solo delante de Dios”, el hombre de Heidegger se halla, con su preocupación y su angustia, ante si mismo, sólo ante sí mismo, y como en realidad de verdad no es posible mantenerse solo ante sí, se halla con su preocupación y su angustia delante de la nada.
El hombre de Kierkegaard tiene que renunciar a la relación esencial con otro para llegar a ser “singular” y entrar así en la relación del que es “singular” con lo Absoluto, y el mismo Kierkegaard renunció a la relación esencial a la que podía renunciar. Es lo que constituye el gran tema de sus obras y de sus diarios; el hombre de Heidegger no dispone de ninguna relación esencial a la que podría renunciar. En el mundo de Kierkegaard hay un “tú” dirigido a otros hombres, que es pronunciado con toda el alma, con todo el ser, si bien para decir a esos hombres de una manera directa (como lo hizo Kierkegaard con su novia mucho tiempo después de romper el compromiso) o indirecta (como lo hace muchas veces en sus libros) por qué se ha renunciado a la relación esencial con ellos; en el mundo de Heidegger no existe semejante “tú”, un “tú” verdadero que habla de ser a ser, con toda el alma. A los hombres con los que no se tiene más relación que la mera solicitud, no se les habla realmente de tú.